Llegué a casa tipo 20:00 horas y fuí directo a la cocina por algo para comer. Cuando ponía agua a hervir para un cafecito, suena mi celular. Miro la pantalla pero no conocía el número. Contesto.
-¿¡Aló!?
-¿Cómo está, conscripto?.- Me pregunta una voz muy grave en tono militar.
-¡Hace días no me llamaba, capitán!.- le respondo burlesco.
-¿¡Te interesa llevar a cabo esta misión!?
-¿¡De qué se trata!?.- Le pregunto, abriendo el refrigerador. Tomo un frasco de ruibarbo.
-¡Ve a tu puerta, ahí están las instrucciones!.- Me dice y corta. Camino hasta la puerta y efectivamente veo en el suelo un sobre idéntico al primero. Lo recojo y lo abro.
Encuéntrame en Colón con Magallanes esta noche a las 2300. Debemos llegar al puerto antes que zarpe el buque holandés.
-¿¡Pero quién es este tipo que se las da de instructor?.- Me pregunto, dejando la carta sobre la mesa del living. Depronto otro sobre pasa bajo la puerta. Lo abro y leo:
"Nunca dejes estas cartas a la vista de la gente. Guárdalas bajo llave".
Ya eran las 20:33 y me instalo en el living para comer algo. Enciendo el televisor y veo un programa especial sobre la llegada de un buque holandés al puerto de Punta Arenas. Depronto alguien toca a mi puerta así que dejo el café en la mesa y me levanto. Un joven me entrega una caja.
-¿Debo firmarte algo?
-¡No gracias!.- Me dice, abriendo un paraguas mientras se aleja.
-¡Pero una propina...!.- El tipo desaparece y, encogiéndome de hombros, cierro la puerta y camino hasta la mesa del comedor. Voy a mi pieza por un cuchillo cortante y volviendo al comedor, abro la caja. Dentro de ésta veo otra caja pero con un material más fino que el cartón. Saco esa caja y la abro.
-¡No puedo creerlo!.- Veo una Beretta Serpa, una belleza. Suena mi celular. Contesto.
-¡Según mis cálculas, ya habrás recibido a Betty. Sus amigas vienen atrás!.- Me dice el tipo. Asumo que sus amigas son los cargadores que vienen más abajo de la caja. Tal como pensaba, veo los cargadores bajo la primera bandeja.
-¿Qué se supone debo hacer con esto?
-¡El capitán del buque holandés es un traficante de drogas. Debemos hacer que confiese!.
-¿¡Pero cómo se supone...!?
-¡Te espero a las 2300!.
El tipo cuelga y guardo el celular en el bolsillo de mi chaqueta. Tomo el arma y camino con ella hasta la mesa del living, sosteniendo en mi mano izquierda los dos cargadores que venían con ella...Betty. Abro el cargador que lleva puesto y está lleno. El seguro está puesto. Dejo a Betty bajo uno de los cojines del sillón y sigo tomando mi café. Esperaría hasta que fueran las 22:40.
Son las 2100, comienzan las noticias. En dos horas seguramente yo sería la noticia.
-¿¡Aló!?
-¿Cómo está, conscripto?.- Me pregunta una voz muy grave en tono militar.
-¡Hace días no me llamaba, capitán!.- le respondo burlesco.
-¿¡Te interesa llevar a cabo esta misión!?
-¿¡De qué se trata!?.- Le pregunto, abriendo el refrigerador. Tomo un frasco de ruibarbo.
-¡Ve a tu puerta, ahí están las instrucciones!.- Me dice y corta. Camino hasta la puerta y efectivamente veo en el suelo un sobre idéntico al primero. Lo recojo y lo abro.
Encuéntrame en Colón con Magallanes esta noche a las 2300. Debemos llegar al puerto antes que zarpe el buque holandés.
-¿¡Pero quién es este tipo que se las da de instructor?.- Me pregunto, dejando la carta sobre la mesa del living. Depronto otro sobre pasa bajo la puerta. Lo abro y leo:
"Nunca dejes estas cartas a la vista de la gente. Guárdalas bajo llave".
Ya eran las 20:33 y me instalo en el living para comer algo. Enciendo el televisor y veo un programa especial sobre la llegada de un buque holandés al puerto de Punta Arenas. Depronto alguien toca a mi puerta así que dejo el café en la mesa y me levanto. Un joven me entrega una caja.
-¿Debo firmarte algo?
-¡No gracias!.- Me dice, abriendo un paraguas mientras se aleja.
-¡Pero una propina...!.- El tipo desaparece y, encogiéndome de hombros, cierro la puerta y camino hasta la mesa del comedor. Voy a mi pieza por un cuchillo cortante y volviendo al comedor, abro la caja. Dentro de ésta veo otra caja pero con un material más fino que el cartón. Saco esa caja y la abro.
-¡No puedo creerlo!.- Veo una Beretta Serpa, una belleza. Suena mi celular. Contesto.
-¡Según mis cálculas, ya habrás recibido a Betty. Sus amigas vienen atrás!.- Me dice el tipo. Asumo que sus amigas son los cargadores que vienen más abajo de la caja. Tal como pensaba, veo los cargadores bajo la primera bandeja.
-¿Qué se supone debo hacer con esto?
-¡El capitán del buque holandés es un traficante de drogas. Debemos hacer que confiese!.
-¿¡Pero cómo se supone...!?
-¡Te espero a las 2300!.
El tipo cuelga y guardo el celular en el bolsillo de mi chaqueta. Tomo el arma y camino con ella hasta la mesa del living, sosteniendo en mi mano izquierda los dos cargadores que venían con ella...Betty. Abro el cargador que lleva puesto y está lleno. El seguro está puesto. Dejo a Betty bajo uno de los cojines del sillón y sigo tomando mi café. Esperaría hasta que fueran las 22:40.
Son las 2100, comienzan las noticias. En dos horas seguramente yo sería la noticia.
